Tengo la sensación de que estoy perdiendo facultades a la
hora de animarte. Es que no tengo ni fuerzas para hacerlo conmigo mismo y por
ello no puedo intentar inventar algo ante una situación que desconozco. Creo
que pierdo el tiempo.
Lo que entiendo de sobra es que no vas a calmarte por muchas
veces que te lo diga.
Me gustaría en este momento soltar uno de mis discursos que,
de algún modo logran darte algo de seguridad pero me siento débil… las cosas
van mal y te echo de menos.
Siento mucho tu falta, me recuerda a tiempos en los que
estuve más sola aun. Sé que no lo estoy, que te tengo a ti y tengo personas que
merecen la pena pero aun así… me duele bastante incluso el hecho de quererte y
no puedo parar de hacerlo ni aunque quisiera.
Lo sé, lo sé… siempre va a haber una próxima vez y me
hubiera gustado cumplir con aquello que dije de “espero darte buenas noticias”.
Pero no va a ser posible… supongo que el tiempo ha terminado por desgastarme,
no siento que tengo a nadie para poder llorarle un rato porque no quiero
molestar en este tramo tan importante.
A pesar de que hablamos todos los días te noto tan distante…
No es que sea algo que tu hagas, tal vez yo mismo he impuesto esa distancia
porque, en ese término siempre me he sentido demasiado lejos y, si pienso en
ello me llega de nuevo toda esa inutilidad que me caracteriza, porque a fin de
cuentas eso es lo que soy.
Quería animarte pero no soy capaz… como de otras muchas
cosas.
Supongo que lo hablaremos.
