miércoles, 23 de enero de 2013

74th step

Guten morgen...

Esas serían las primeras palabras legibles que saldrían de mi boca después de incomprensibles murmullos maldiciendo al despertador por sacarme de mi descanso y anunciar un nuevo día, el cual empezaría mal hasta que me diera cuenta de que estás a mi lado estirándote.

Entonces recordaría que nuestro sueño se hizo realidad.

Sonreiría al observarte.

Te daría un beso en la mejilla.

Y, seguramente, me vuelva a quedar dormido porque soy un desastre, por eso me viene bien que estés a mi lado.

Ahora, lo mas parecido que tengo a eso son algunas de tus posesiones a las que me aferro con cierta tristeza porque han perdido tu aroma, el cual me creaba tu imagen en mi cabeza y disfrutaba de esa ligera esquizofrenia. Me hace sentir como Adan recién expulsado del paraíso, recordando los infinitos placeres que la tierra prometida le daba, mirándolo tras una reja mientras sus pies descalzos conocían el dolor por primera vez en su existencia.

En cuanto me levanto de descansar junto a ti por última vez puedo tener esa misma sensación ¿Cuando volveré a estar contigo? ¿Cuando podré entretenerme observando tu mal humor en sueños? ¿Cuando buscaremos de nuevo otros entretenimientos que hacer sobre un colchón? Lo añoro, añoro tanto dormir contigo como el estar despierto a tu lado. Acariciar tu mejilla con mis torpes dedos, despejar mis cabellos de tu cara, besarte solo para comprobar a donde nos va a llevar, dejar a mis manos pasear a sus anchas por tu cuerpo solo buscando reacciones, hipnotizadas por la suavidad y la palidez de éste.

Abrir los ojos por primera vez en el día y que estés a mi lado... ¿Hay algo mejor que eso?

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