Cuando era un niño quería ser veterinario, estudiar la fauna marina, quería ser piloto de fórmula uno, pianista, guitarrista de una banda de metal, diseñar un videojuego, vocalista de una de punk ya que no requieren buena voz, tocar el sintetizador en un dúo de música electrónica (tenía hasta el nombre del grupo escogido), ser diseñador gráfico, tener mi pastelería propia y eso solo es lo que puedo recordar...
A mis 23 años no he rozado ninguno de esas metas con la yema de mis dedos, tal vez porque carezco del talento, los medios y la fe para llevarlos a cabo, por lo que he terminado siendo un ser conformista que solo quiere un techo, un plato y tres lineas de conexión.
Mientras tanto una parte de mi sigue insistiendo en querer intentarlo más veces. El caso es que no puedo vivir siendo un ser corriente, algo tengo que hacer bien ¿verdad?
¿Por que quiero hablar de esto? Bien, pues porque tu llegaste a mi vida.
¿Y que supone eso? Que tu maldita insistencia me hace seguir intentando hacer lo único en lo que parece que soy bueno, y es escribiendo.
No, lo que sale aquí no es pensado apenas, tal vez en lo único que medito es en no repetir las palabras demasiado.
Pocas historias he escrito, aclamadas por aquellos que se han dignado a leerlas y tu sigues molestando con que continúe. En un principio opinaba que no eran mas que los típicos cumplidos vacíos que me han hecho mas de una vez, pero en estos días he estado sintiéndolo de una manera diferente.
Al igual que yo digo y repito que creo en ti he podido notar como es justo a la inversa. Es demasiado gratificante.
¿De verdad puede salir algo bueno de mi caótica mente?
Si... si tu piensas que es así es que, lo mas seguro es que tengas razón.
Los idiotas son los que mas coherencia tienen al hablar.
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